Diciembre ya lleva unos días con nosotros y los hábitos saludables que tanto nos cuesta adquirir y mantener empiezan a verse afectados. Parece que es el mes más complicado para el autocuidado. Ya en noviembre empiezan a llenar las estanterías de los supermercados con muchas variedades de turrones y dulces, y antes de que llegue la Navidad empiezan las quedadas con familiares, amigos y compañeros de trabajo, y comemos fuera mucho más de lo habitual. Además, el frío y la humedad parece que nos invitan a escondernos bajo la manta, tomar chocolate caliente, y no movernos de ahí.

A nivel emocional, la cosa tampoco es sencilla. Por un lado, está la alegría de las fiestas que se aproximan, pero a veces se mezcla con la tristeza por los seres queridos que faltan o están lejos. Los días más cortos y con menos horas de sol hacen que nos acostemos más temprano y que nos cueste levantarnos por las mañanas, tenemos menos energía y vitalidad, y nos entristecemos con mayor facilidad.

Mesa de cena de navidad

La postura corporal empeora, bajo muchas capas de ropa y abrigos pesados, se cierra el pecho, se encorva la espalda, se tensan los hombros y el cuello. Seguro que has escuchado que la postura corporal puede influir en tu estado emocional. Es cierto. Si llevas muchos días con los hombros caídos y el pecho cerrado, te notarás más triste. Si sacas el pecho y elevas tu cabeza, te sentirás, de repente, más seguro, confiado y alegre. Así que no te olvides de cuidar tu postura corporal, aunque el abrigo sea pesado. (Anota: eso es autocuidado).

Aquí entran los famosos propósitos de año nuevo, y aprovechamos el mes de diciembre como perfecta excusa para seguir haciendo todo lo que en realidad nos hace descuidarnos, con la ilusión de que con la llegada del año nuevo empezaremos a cumplir nuestros propósitos.

¿Eres adicto al azúcar? Es posible que tu propósito de año nuevo sea dejar de tomarlo, y puede que ya lo estés pensando, así que te pasarás todo el mes de diciembre comiendo más azúcar de lo habitual porque tu mente ya estará temiendo como aguantará sin su azúcar el próximo año. Además, tienes la excusa perfecta, te has propuesto eliminarlo de tu dieta por lo que en pocos días tendrás una alimentación saludable, libre de azúcar, así que te das permiso para comer todo lo que quieras. Pero cuando llegue el año nuevo, te darás cuenta que no eres capaz. Te sentirás frustrado, con muchas emociones negativas hacia ti mismo y para aliviarlas comerás azúcar, que tanto placer te proporciona para sentirte mejor. Eso es lo que pasará. A ti. Y a muchos.

Déjame decirte algo que seguramente ya has descubierto por ti solo, los propósitos del año nuevo no funcionan, y no lo hacen porque se necesita algo más que una fecha concreta para empezar a cambiar. Además, poner una fecha tope, crea en ti emociones negativas que refuerzan los obstáculos que impiden el cambio que deseas. Aquí no vale ¨todo o nada¨. No se puede cambiar toda la vida del golpe. Los hábitos tardan en adquirirse, y aún más en quitarse. No te quiero desanimar. Todo lo contrario. Quiero que veas lo que sí puedes conseguir y ayudarte a lograrlo. Pero debes ser consciente de que cuidarse es algo para toda la vida, y que cuanto más se practica, más apetece. No hace falta que cambies todos tus hábitos de golpe (ni será posible). Empieza poco a poco. Encuentra uno. Algo que puedas mantener a largo plazo, y que te acerque hacia el autocuidado, la palabra que engloba todos tus propósitos.

Comer más saludable, hacer más ejercicio, empezar a meditar, leer más y etc., todo esto, en realidad, son actividades relacionadas con el autocuidado.

Mujer practicando yoga en la orilla de un rio. Autocuidando su cuerpo.
Mujer estirando autocuidando su cuerpo al aire libre

Esta vez, puedes hacerlo de otra manera. Empieza a cuidarte ahora mismo. Olvídate de los propósitos que nunca se cumplen. Olvídate de esperar al Año Nuevo con propósitos. Espera el Año Nuevo con alegría, con esperanza e ilusión, recíbela con Paz y Amor, pero olvídate de los propósitos. No hay nada que cumplir. No hay ninguna fecha que lo hará más fácil. Cuídate desde ahora mismo, porque ahora mismo es cuando mas lo necesitas.

Es muy importante cuidarnos. Cuanto antes. Ahora mismo. Especialmente en estas fechas. Antes de que acabe al año. Antes de que llegue el año nuevo.

Cualquier fecha, cualquier momento debe ser una excusa perfecta para cuidarte.

Con esto, no estoy diciendo que dejes de comer turrones en Navidad, o que no vayas a cenar con tus amigos. Todo lo contrario. También pueden ser conductas de autocuidado. Depende desde dónde lo hagas y cómo lo hagas. Yo te ánimo a que lo hagas y que lo disfrutes más que nunca. Disfruta de verdad y a plena conciencia. No pienses en que debes dejar de hacerlo. No lo hagas culpándote por ello. Deja de marcar tus experiencias con pensamientos negativos que crean emociones negativas. Vive el momento y disfruta. Saborea cada bocado de turrón, aprecia su dulzura, y date cuenta de porque te gusta tanto, o si hay otro motivo que te invita a comerlo. Llena tu experiencia con consciencia y eso sí puede cambiar algo de verdad.

Vive estas fechas, igual que cualquier otro momento, tal como se merecen. Sin culpa, ni reproches. Sin propósitos para dejar de hacerlo. No hagas nada pensando a la vez que no deberías estar haciéndolo. Si ya lo estás haciendo, disfrútalo a tope. Con cariño hacia ti mismo. Con amabilidad hacia ti mismo. Hoy y siempre.

Lo que si puedes hacer, es incorporar una nueva actividad (o varias) de autocuidado y hacerla al menos una vez al día, establecer una rutina. Recuerda cuidar tu postura a pesar del frío. Te mereces tener actividades especiales que te hagan sentir bien y momentos especiales para ti. Pueden ser meditar 5 minutos, tomar una infusión después de comer, salir a pasear 30 minutos, escuchar tu canción favorita o bailar con toda tu energía. Que sea algo que puedas cumplir casi todos los días. Algo que te haga conectar contigo. Que te haga vibrar con una energía especial. Y a la vez te aporte tranquilidad.

El propósito de no tener propósitos es saber que no necesitamos una fecha concreta para empezar a cuidarnos. El momento es ahora. Cierra los ojos, conecta con tu respiración, observa cómo estás y cómo te sientes y ya te estás cuidando. El amor hacía uno mismo y la gratitud hacía la vida, deben ser practicados todos los días.

Hay algo que me gustaría pedir para ti, que todo lo que te hace bien y te hace evolucionar siga aumentando en el próximo año y cada día de tu vida.